Anakin Skywalker fue un jedi que se dejaba llevar demasiado por sus emociones, algo de lo que debían carecer los jedi para ejercer su labor en la galaxia. En este caso, la senadora Padmé Amidala fue clave. Al final, la visión que tuvo Anakin se cumplió, y es que Padmé murió y no pudo salvarla. El Lord Sith nunca pudo remediar su muerte, y no visitó su tumba hasta que tuvo una misión que lo llevó hasta Naboo.
Tras enterarse de que Luke Skywalker era su hijo, algo que él desconocía, Darth Vader buscó a todo aquel que lo supiera y se lo ocultó. Esta misión lo llevó hasta la tumba de Padmé Amidala en Naboo, donde Darth Vader vio que debía ir a Polis Massa. Allí sabría que fue el lugar donde Padmé murió, y donde nacieron sus hijos. La imagen es impresionante, y más viendo que durante el momento en el que Vader profana su tumba, Sabé y el resto de la Corte Real de Amidala lo intentan impedir.